Por Gisela Uscanga
Xalapa, ver.-Debajo del suelo de la ciudad de Xalapa, la capital del estado de Veracruz, se encuentran muchos secretos dignos de una película de misterio y aventuras.
Hace más de 60 mil años, cuando el mar empezó a avanzar por debajo del subsuelo, formó una burbuja llena de gases y magma dando origen a un volcán que lleva por nombre Macuiltépetl, el cual se integra por un complejo de cavernas a su alrededor.
Pero una de esas cuevas es especial y se le conoce como la Orquídea y recibió este nombre porque una de las entradas a la caverna tiene la forma caprichosa que asemeja a esa flor, muy común del bosque de niebla.
La Orquídea se localiza a 500 metros en línea recta del cráter del Macuiltépetl. Cuenta con una cúpula principal de 15 metros de altura y 20 metros de ancho y está conectada por túneles más pequeños que forman una compleja red de conductos subterráneos.
Esta cúpula se le conoce como la entrada de la luz, pues cuando el cielo está despejado, los rayos del sol caen por el orificio iluminando el interior.
La Orquídea se ubica en un área céntrica de Xalapa, de allí que la cueva este considerada como única en el país, por encontrarse en medio de la Capital del Estado, en la avenida Miguel Alemán.
Estudios de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana revelaron que alrededor del cerro de Macuiltépetl se ubicaron los primeros asentamientos humanos más antiguos de Xalapa, que datan de los años 450 a.C. y 150 d.C.
Los vestigios arqueológicos dicen que alrededor del cerro y las cuevas se localizaron una plaza y un patio central de origen precolombinos. El lugar fue elegido para centro ceremonial y observatorio astrológico.
La cueva fue descubierta por accidente allá por los años 40s, cuando un pedrero que trabaja en el lugar, se le caen sus herramientas de trabajo por una grieta que sobresalía; en su interior se encontró una tumba fechada aproximadamente del año 1500 a.c.
En 1979 José Yañez, publicó un artículo en un diario capitalino. Para 1993 los espeleólogos Rafael Flores y Benjamín Cruz, encontraron dicha publicación y les motivó a explorar el lugar.
Promovieron la limpieza de la cueva y sacaron casi 15 toneladas de basura, pues durante muchos años sólo sirvió como un tiradero; no obstante, la cueva quedó cerrada al público.
Fue hasta 1999 que autoridades municipales se dieron a la tarea de rescatarla para hacer de este lugar un atractivo turístico único en su tipo, pues además de recorridos guiados se puede practicar espeleismo, con el equipo adecuado.
Las antorchas colocadas a lo largo del descenso a la cueva, juego de luces de colores que se proyectan en las paredes y en lo alto de la cueva pedregosa, formando diversas figuras, invitan a trasladarse hasta la época de las cavernas.
Marca en tu mapa de viajes visitar la cueva de la Orquídea, pues un lugar que te abrirá las puertas al pasado, estando en el presente. Los horarios de visita son de lunes a domingo de 11 de la mañana a 5 de la tarde.